"Exhortar a la castidad constituye una incitación pública a ir en contra de la naturaleza. Todo desprecio de la vida sexual, y toda impurificación de ésta al tacharla de 'impura' representa el verdadero pecado contra el espíritu santo de la vida."

Friedrich Nietzsche

domingo, 11 de noviembre de 2007

Segunda aproximación a la naturaleza del poder: camino a su institucionalización


Hola a todos, he aquí nuevamente el GORRIÓN pys. En estos días vuelvo un poco a obsesionarme, con la naturaleza del poder: tema que ya abriera hace unas semanas. Hoy quiero trabajar con ustedes dos cosas: por un lado una categorización y una supuesta línea evolutiva, que habría caracterizado a las sociedades desde la perspectiva de un antropólogo norteamericano. Por otro lado, deseo establecer lo más pragmáticamente posible, la diferencia entre sociedades segmentarias y jerarquizadas. El autor que tomo para este post, es uno de los grandes antropólogos políticos del siglo XX: Elman Service, quien siguiendo un criterio evolucionista, logró establecer las siguientes etapas por la que transitarían las sociedades, yendo de las de menor a las de mayor complejidad; éstas son: banda, tribu, jefatura y Estado. Las dos primeras corresponden a gobiernos no centralizados; mientras que las dos útimas a los llamados gobiernos centralizados con un poder, claramente visible. Existen otros antropólogos como Lewellen que también afirman esta línea evolutiva, que es, sin embargo, discutida por otros.
A Service, le interesará saber, en primer lugar, por qué existen individuos en todas las sociedades (¿se acuerdan de lo que hablamos en un post anterior, en relación al Big Man?) que tienen la capacidad para decidir e influir en las conductas y en las decisiones de otras personas (en otro post lo vamos a desarrollar); sin embargo, también Service va a decirnos que estos liderazgos unipersonales son efímeros; por lo que le interesará saber de qué manera se pueden crear condiciones culturales para la perduración del mismo. Se intenta, ni más ni menos, de comprender el camino a seguir, para institucionalizar ese poder. Recordarán que habíamos dicho, en otro post más menos que, en todos los grupos humanos existen relaciones reales o potenciales basadas en diferencias de poder: el poder está en todos lados (no lo olviden, en especial los amantes de la anarquía).

Cuando Service habla de líderes efímeros, lo que hace es reinterpretar de alguna manera, el concepto de carisma de Max Weber. Los liderazgos, al ser efímeros, hacen peligrar constantemente, la propia situación del líder, y por lo tanto se hace necesario que el poder cree algún tipo de artificio para prolongarlo: aquí estamos en vías de transitar el camino para su institucionalización. ¿Cómo podríamos prolongar el poder, si por ejemplo, fuéramos carismáticos? Pues, entendiendo las pautas sociales, las creencias y los valores que nos gobiernan como miembros de una sociedad, e instituyendo algún tipo de mitología que nos permita erigirnos como legítimos representantes de la misma.
En las sociedades llamadas preindustriales (como las constituidas por bandas, tribus y jefaturas), la fortaleza de un hombre puede manifestarse o probarse, no dice Service, a través de la guerra. La causa principal de las guerras, a diferencia de lo que piensa la tradición marxista, que se la atribuye a razones económicas, son en su gran mayoría de índole política. Wow, wow. ¿Cómo decís GORRIÓN? Así es (y créanme que no invento nada), son de naturaleza política: para consolidar un poder (o sea para legitimarlo), para institucionalizarlo, para reafirmar dentro de una comunidad o un grupo, determinados mitos fundacionales y aglutinantes, etc. Piensen en las guerras llevadas a cabo por los políticos romanos de la República, donde debían mostrar su aptitud para el liderazgo, a través de las incursiones bélicas realizadas contra los galos, los cartagineses, o posteriormente, contra las distintas tribus germanas. Acá, en la Argentina, tendríamos que pensar en la "Guerra de la Triple Alianza" del siglo XIX, llevada a cabo contra Paraguay, que le sirvió a Bartolomé Mitre (en ese entonces Presidente de la República) para consolidar el Estado Nacional, luego de la disolución de la Confederación; y también, más cercana en el tiempo: La Guerra de Malvinas, que por el contrario, ante su fracaso, sirvió para desprestigiar del todo al gobierno militar de entonces, que buscaba por está vía, legitimarse.

Bien, sigamos. El poder, vamos a ver se construye. Todos los líderes políticos del mundo han construido y construyen su poder: Napoleón, Alejandro de Macedonia, César, Augusto, Mahoma, Cristo, etc. construyeron su poder. Por otro lado, existen momentos en que el poder es débil, pues no está lo suficientemente consolidado; en dichos momentos, se suele acudir a la guerra para consolidarlo.






Sociedades segmentarias y sociedades jerarquizadas: La gran mayoría de los antropólogos nos van a hablar de dos tipos de sociedades, claramente distintas, en relación al poder. La primera de ellas, las segmentarias o igualitarias, se caracterizarían, ya lo hemos mencionado en este blog, por poseer un poder no visible, generalmente denominado instituido. Como norma general, podríamos decir que las primeras, están fuertemente integradas y vinculdas por los lazos de parentesco y la ausencia de excedente económico, lo que hace imposible, prácticamente, que en un grupo determinado, o un Big Man se pueda apropiar de dichos recursos; y sin ellos no puede montar una infraestructura ideológica para volver visible el poder; pero el Gran Hombre siempre existe, ¿sí?; salvo en algunas bandas de África integradas por no más de veinte individuos (aunque este punto es discutible, a mi parecer). El Big Man es una figura que existe como autoridad referencial únicamente, y su prestigio se debe a la creencia colectiva de que él, posee capacidades superiores para la resolución de problemas; y cuya consulta abarca todos los aspectos de la sociedad: funciones administrativas, judiciales y religiosas suelen estar concentradas en una única persona; sin embargo, sigue siendo uno más entre todos los segmentos. Por eso se habla en estos casos de sociedades igualitarias. El poder en dichas sociedades se encuentra en la fuerza de las costumbres o de la tradición. Ningún Big Man, puede de la noche a la mañana, salirnos con "un martes trece". Son sociedades fuertemente impenetrables, donde el poder está incrustado, y en donde no es posible realizar trasgresiones de ningún tipo. El individuo se pierde dentro del colectivo, se vuelve difuso dentro del entramado de las relaciones sociales.

En las sociedades jerarquizadas, por el contrario, aparecen ya claramente visibles e identificados los "agrandados" o Big Man; pero a diferencia de lo que ocurriría en una sociedad segmentaria, estos hombres ya no son del común, no son iguales a los otros. Su poder está investido de mitos entorno a su figura. Aparece claramente identificada una burocracia, y principalmente, algún tipo de tributo (excedente del que se apropia el poder) que le permite su reproducción. Son propios de este estadio las diferentes clases de Jefaturas y el Estado mismo. Aparece una aristocracia rodeando al poder, y la redistribución en términos económicos (es decir, la capacidad del poder de distribuir los recursos, según la planificación, la estrategia, y los criterios utilizados para el mismo).
Service, en "Los Orígenes del Estado y de la civilización", se pregunta: "¿Cómo puede un Gran Hombre" convertir en real una aparente sociedad de Jefatura embrionaria?" Service nos dice que, la respuesta está en la tendencia del pueblo a creer que el carácter de un hombre se trasmite a sus hijos, y en particular a su primogénito. También habría que señalar lo que señala Redmon, Elsa. Para esta autora, hay algo muy importante a tener en cuenta:





La preparación para la guerra: la idea de que existe un peligro potencial, ha sido siempre utilizada por los líderes políticos para buscar recursos dentro de su propio grupo, con la siguiente excusa: hay que prepararse para la guerra. La idea es formar un grupo armado de guerreros a los que hay que mantener (ya que no producen) para especializarlos en le ejercicio de la actividad. La población se ve obligada a trabajar a destajo para mantener a este cuerpo y al de la burocracia. La guerra, por otro lado les permite proveerse de botines, que luego se distribuyen entre estos grupos de guerreros, que pasan a conformar la aristocracia de la sociedad. Como verán, a la guerra, no las ha promovido el poder económico o la burguesía (pues siquiera existen en estas sociedades), como erróneamente afirman los marxistas, sino el propio poder político; ya que el mercado, en especial, es el que necesita de la paz como garante de los intercambios, ya que no se pueden llevar a cabo en tales condiciones: la economía de las empresas se resiente, y hasta se ven perjudicadas por dicha inestabilidad. ¿Ustedes qué piensan al respecto?
Una cosa más antes de terminar este post, y es que, las guerras, les da la oportunidad, a los líderes de las tribus y jefaturas, de mostrarse como pertenecientes de un estatus superior, y con ello se barre todo vestigio de las sociedades de tipo igualitario.
Bueno, nada más por hoy. Gracias a todos por leer y por pensar a través de este espacio.
GORRIÓN pys
Notas: Bibliografía utilizada:
-SERVICE, Elman; Los orígenes del Estado y la civilización”
-REDMON, Elsa: External Walfare and the internal policy of Northern South American tribes and chiefddoms

11 comentarios:

Fernan dijo...

Lo que se llama un gran analizis de las sociedades. Mi humlde opinion es que el comun de la gente busca ya sea por medio de un BIG MAN o lider carismatico, o una "junta de prohombres", como puede ser el caso de las republicas romanas, senados, etc esquivar la responsabilidad de ser el que elige. Es preferible tener a alguien que nos dice que hacer a tener que tomar la decicion uno mismo. Nunca entendi por que, pero creo que la gente tiene miedo a ser libre y ahi es donde todos estos lideres toman su lugar.

sabes escribir che!

The Shadow dijo...

Fernan: Gracias por pasar por aquí, por leer y comentar. Te agradezco el cumplido; pero uno no hace más que, lo que le permite hacer su formación, y los docentes que lo marcaron. Así que yo, aprovecho este momento para agradecerle a ellos por su empeño y paciencia; y bueno, nada... este trabajo que realizo aquí está para que todos los que quieran lo lean, y que les pueda ayudar un poquito a reflexionar. Por otro lado, todos los comentarios que me ayuden a hacerlo, a mí, serán siempre bienvenidos.

Saludos. Gorrión pys

Stella dijo...

Hola! Vine a devolverte la visita y me encuentro con este blog tan distinto y tan interesante!
Estoy de acuerdo en general con lo que escribiste. Igualmente soy una absolutamente neófita en el tema, pero creo que hay muchas razones para ir a la guerra, casi tantas razones como guerras hubo en la historia. Coincido con vos que el poder político las promueve, y no el económico. Pero no podemos negar que hay un sector de la sociedad que se beneficia económicamente con las guerras y creo q ni falta hace dar ejemplos de ello.

Te voy a seguir leyendo y espero que no te moleste que revise post anteriores y por ahi los comente. Cuando te conozca mas el estilo me será mas facil comentar.

Saludos!!

Claude dijo...

Tenés un estilo muy didáctico.
Hace poco leí una nota que trataba algunas de estas cuestiones de consolidación de poder y liderazgo mediante la guerra o la hegemonía por la fuerza.
La idea del autor era que las naciones, las dirigencias o los individuos que aspiran a la supremacía se vuelven antisociales respecto de los demás y buscan la legitimación en la victoria.
El punto de vista del autor era el de la criminología, y decía que había tres aspectos esenciales de esas naciones, dirigencias o individuos: el narcisismo, como principio de la propia superioridad; la impaciencia, como impulso para acortar los procesos por la fuerza; y la necesidad de controlar, como modo de impedir el traspaso de poder.
No sé si tendrá mucho que ver o no, pero es todo lo que puedo aportar.

The Shadow dijo...

Stella: Mirá, no hay nada ininteligible, ni del otro mundo aquí como para no poder seguirlo. Seguro que las causas de las guerras para la consolidación del poder no son únicamente políticas; pero sí en primer lugar casi siempre; pero como en todo hay excepciones; pero nunca debemos perder de vista que son los propios gobiernos (es decir, los poderes políticos) los que deciden cuándo ir a la guerra.
Siempre va a ver gente que se beneficie con la guerra, pero pensar que, se puede prescindir de ella, no es más que una injustificada especulación metafísica y romántica, sin asidero real en la historia. O acaso los comunistas del siglo XX no provocaron unas cuantas, e invadieron unos cuantos países. La guerra está en la base de todo poder, cualquiera sea el sistema económico que domine en dicha sociedad. No pueden prescindir de la guerra, en especial los fascistas y los comunistas. ¿A cuántos países invadió y acosó la ex URSS? Para los intelectitos argentinos eso sólo es un dato menor...

Saludos. Gorrión pys

- - - - - - - - - - - - - - - - -

Claude: Muchas gracias. Me lo voy a anotar: "narcisismo, impaciencia y necesidad de control".
Todo conocimiento lleva tiempo internalizarlo: en nuestra mente y en nuestro cuerpo. Por otro lado, todos sabemos mucho más de lo que creemos, y soltando las cosas es como nos vamos dando cuenta de lo que sabemos.
Esa es la intención de este blog, y de quien suscribe.

Saludos. Gorrión pys

Anónimo dijo...

Clausewitz dijo que la guerra es la prolongación de la política. No nos queda duda de esto desde que se conformaron los Estados nacionales, pero es una novedad para mí saber que las guerras tribales eran a veces políticas, para posicionar mejor al Big Man.

No me olvido de la escena de "Danza con lobos" en la que Kevin Costner dice que es la primera vez que participa en una batalla para defender alimentos. Eran otras épocas. ¿No?

The Shadow dijo...

Cebolla: Muy bueno tu aporte en referencia a lo que decia Clausewitz.

Un abrazo.

Fernan dijo...

Cebolla, no solo eso,sino que en la epoca de la conquista de america, los aztecas lideraban la triple alianza (formada por las tres potencias indigenas de la zona) y constantemente luchaban para mantener la supremacia politica.

Anónimo dijo...

Claro, Fernán, pero los aztecas formaban un Estado que patrocinaba sus guerras y sus matanzas organizadas. Los pieles rojas del norte de América no formaban un Estado. Si peleaban, lo hacían por zonas de caza o por provisiones para el invierno.

Isabel Burriel dijo...

Yo creo que tanto el poder político como el económico se benefician de ellas aunque sean los primeros los que las promuevan.
Interesnte análisis, exhaustivo y documentado. Tdoo un curro!!!

Besos

Fernan dijo...

cebolla, tiene usted toda la razon!