"Exhortar a la castidad constituye una incitación pública a ir en contra de la naturaleza. Todo desprecio de la vida sexual, y toda impurificación de ésta al tacharla de 'impura' representa el verdadero pecado contra el espíritu santo de la vida."

Friedrich Nietzsche

domingo, 18 de noviembre de 2007

Poder y sexualidad: actos naturales y antinaturales en la antigua Grecia.


Hola a todos, les habla nuevamente el Gorrión desde Buenos Aires. Hoy voy a tratar el tema de la concepción de lo natural (que se refiere en realidad a los criterios de lo convencional y anticonvencional), y lo cultural en relación con la construcción de los géneros y las identidades sexuales en la antigua Grecia. Esta vez, seguiré al profesor norteamericano, John J. Winkler, especialista en cultura clásica, greco-romana. En primer lugar, deseo reflotar algunas cosas que ya se han mencionado en el blog. Recordarán que habíamos dicho que en la antigua Grecia, los griegos, tenían una concepción de la naturaleza basada en un criterio de armonía de ésta en relación con los deseos, las voluntades de los hombres y de los dioses; pues existía en Grecia, cierta idea de compensación panteísta, que se observa, inclusive en la propia mitología. El “mal” no era penado por un ser trascendente y omnipotente, sino que era visto como algo que la propia naturaleza se encargaba de enmendar, de corregir y penalizar: piensen en el propio Edipo, que ante su deseo y acción (inconsciente) de acostarse con su madre, fue castigado duramente por su propia consciencia (para Freud), y finalmente perdió el poder (para Foucault y Guattari), debiendo dejar de ser el rey de Tebas, e iniciando así un camino al destierro (ostracismo). La impiedad con los dioses era penada, de la misma manera por el mismo destino, que todo lo corregía: piensen en Cadmo, que fue devorado por las bacantes en éxtasis, por el deseo de venganza que sembró el propio Dionisos, ante la negativa de aquél de celebrar sus fiestas.
En este post, quiero centrarme en unas palabras que a menudo aparecen como contrapuestas, y que de hecho lo son para nuestro paradigma científico, en especial en la bibliografía de la psicología, de la antropología, y de casi todas las ciencias sociales; éstas son: Naturaleza y cultura. El profesor John Wilker nos dice que, Artemidoro, un estudioso de los sueños, que viajó por el Imperio Romano durante el siglo II d. C, en su libro “Análisis o interpretación de los sueños”, pone continuamente en exhibición supuestos sociales comunes, y que su análisis del significado social de los sueños eróticos, nos permite (a Winkler, en realidad) reconstruir los parámetros de la práctica sexual antigua. En la mayoría de los textos antiguos el término natural, es sinónimo de “convencional o apropiado”; mientras que ocurriría lo opuesto, con la expresión antinatural, que significaría “anticonvenional”.
Dice Winkler: “los actos naturales y convencionales” son aquellos en los que el hombre penetra a un inferior social (esposa, amante, prostitutas en los burdeles, trotacalles, mujeres que venden en los mercados, esclavas, esclavos, las esposas de otros hombres), es penetrado por otro hombre, o se masturba (…) La penetración indica habitualmente que quien penetra recibirá un bien (o un mal) futuro, dependiendo de si obtiene o no placer. Lo mismo ocurre para el penetrado.
La diferencia de géneros en la consideración de lo “natural” en “La Interpretación de los Sueños”, está ausente, lo que debe interpretarse como un fuerte indicador de que la sexualidad era absolutamente libre en referencia a los géneros; y lo que más llama la atención, es que para que un sueño sea visto con buen augurio, es preciso respetar la congruencia del status social y la jerarquía sexual.
Más adelante, Winkler nos dice: “Para un hombre (que sueña con) ser penetrado por un esclavo de su casa es poco auspicioso, no a causa del sexo del esclavo o por el acto sexual en sí mismo, sino porque un inferior social es representado (en el sueño) como un superior sexual y, así, el alma del soñador juzga con repugnancia un contacto semejante”
El placer, casi nunca es considerado de manera mutua, sino que por el contrario, se percibe de forma asimétrica, pues lo que importa en las relaciones sexuales es el goce de quien tiene la superioridad o el mando (función fálica de la sexualidad). Ésto, desde luego, no quiere decir que quien adopte la forma pasiva no goce; de hecho, siempre hay goce en las relaciones sexuales; siempre y cuando haya consentimiento de las dos partes (…o las tres, o las cuatro involucradas); pero lo que interesa saber es el significado social de los sueños eróticos, y de allí, poder interpretar lo normativo y lo adecuado de las mismas. Se desea saber qué tipos de beneficios le acarrearía el tener relaciones sexuales con tal o cual persona; y cuál es el contenido erótico del sueño, es decir, su significación social
Este tipo de relaciones, donde hay claramente una persona que ejerce el mando de acuerdo a su Status y Jerarquía eran consideradas “naturales” (o sea convencionales o apropiadas).
¿Y cuáles eran GORRIÓN las consideradas “antinaturales”? Muchísimas, tomando en cuenta los sueños del libro de Artemidoro. Según Winkler:

1º) El incesto
2º) Los contactos oral genitales
3º) Necrofilia
4º) Sexo con un dios
5º) Sexo con un animal
6º) Autopenetración
7º) Autofellatio
8º) Una mujer que penetra a una mujer
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Según los sueños (no se olviden que, toda esta especulación, se realiza en base a la interpretación que de los sueños hace Artemidoro), la relación anal es convencional; la fellatio es anticonvencional. El “bestialismo” (sexo con animales) no es algo que esté mal, o sea anticonvencional en un sentido moderno; sino que más bien, dice Winkler, se encuentra fuera del campo convencional de la significación social. Para una mentalidad moderna (como la nuestra), el bestialismo está considerado una patología, o si se quiere una perversión; pero, según se desprende de la interpretación que hace Winkler de Artemidoro, sólo es censurable por su poca significación social, o sea su imposibilidad de circunscribirse dentro de un orden dado de las relaciones sociales.
También, dentro del mundo de lo no convencional, se hace mención a un tipo de lesbianismo: “mujer que penetra a otra mujer”. Según Winkler, no es el “lesbianismo” lo que se considera anticonvencional, sino el hecho de utilizarse una representación o un símbolo fálico en un sexo privado de pene, porque la “naturaleza” supondría que la actividad sexual requiere de hombres (seres fálicos) que penetren en virtud de los status relativos a las relaciones de dominación. Vemos claramente aquí, que la sexualidad aparece enmarcada dentro del entramado de las relaciones de poder. En realidad, la sexualidad, tanto de ayer, como de hoy, y quizás del mañana, no puede, ni pueda estar ajena a este campo, como no lo puede estar ningún tipo de actividad realizada por los hombres.
Reflexiones finales: Las sociedades tienden a conformar lo que Foucault llama dispositivos de control, para todas las actividades realizadas por los hombres, que desde luego incluyen a la actividad sexual; pero cuáles serán los dispositivos adecuados, y quiénes lo decidirán y quiénes lo harán suyos, son las preguntas que siempre deberemos hacernos. Les dejo esta pregunta para que la piensen. Por hoy los dejo. Un abrazo a todos de Gorrión pys.
Nota: Bibliografia utilizada:
"Las coacciones del deseo: Antropología del sexo y el género en la antigua Grecia"
John J. Winkler

PD: En un próximo post, les hablaré de la vigilancia del comportamiento sexual; pero no se asusten que, los griegos, no quemaban en la hoguera a nadie, ni lo enviaban a prisión por estas cosas.

5 comentarios:

Claude dijo...

Me pregunto si Grecia siempre fue así o tuvo sus épocas.
¿Qué había que hacer para que te convidaran un poco de cicuta?
Me gustaría mucho algún post sobre el ideal de belleza helénico, o algo así.
Saludos. Me gustó mucho.

The Shadow dijo...

Claude: Algo he hablado sobre el ideal de belleza helénico en el blog (En búsqueda del cuerpo perdido), pero está buena la propuesta para un futuro post, lo voy a tomar en cuenta. De cualquier modo, tengo cuatro artículos que esperan salir, y que tendré que darle curso en estos días; pero no quiero agotar los temas inmediatamente, por eso publico con cierta frecuencia.
Con relación al tema de la cicuta, para los condenados a muerte, te digo que era algo bastante poco frecuente, a pesar de lo que generalmente se cree, al respecto. Era mucho más común el ostracismo. Algún día podría hablar de ello.

Bueno, nada... Me alegra que te haya gustado el post.

GORRIÓN pys

Fernan dijo...

gorrion, un gran escrito el suyo, ni me habia imaginado que la sexualidad tenia un papel tan social, mas bien pense que simplemente eran una sociedad mas libertina y nada mas.

muy buen post, felicitaciones gorrion.

Anónimo dijo...

Me quedaron dos temas colgando:
1> No hay sexualidad sin pene (el falo es poder). Esta es una idea muy fuerte. ¿Falocrática? ¿Patriarcal? Más si la penetración a la mujer le estaba vedada.
2> Hablar de la autopenetración significa que los romanos estaban muy bien dotados. ¿Me equivoco?

Gorrión, como siempre, muy bueno.

The Shadow dijo...

Hola amigo: ¿Cómo andás? Mirá, lo que en el post intenté que más o menos quedara claro, es que la sexualidad (lo que nosotros, modernos o posmodernos, llamamos sexualidad) era concebida de una forma completamente distinta para nuestros parámetros actuales, basados en lo que nos permite comprender las ciencias, ¿sí?
En primer lugar, lo que más me interesa de lo que dice Winkler, es que lo natural era fruto de una concepción social, basada en un criterio consensuado, que él llama "convencional". Existían pautas de comportamientos sexuales (que en todas las sociedades hay); sin embargo, no existía algo así como un decálogo de preceptos que regulara las prácticas, ¿sí, se entiende? El mito de Sodoma Y Gomorra es Oriental (no lo pierdas de vista, ya que es muy importante para entender las configuraciones de las mentalidades). Las élites, que en todas las sociedades marcaron y marcan las pautas culturales (ésto, en sí mismo, no es ni bueno, ni malo; sólo es así, es histórico en todo caso) establecían en la antigua Grecia los criterios de "natural y antinatural" para "reglamentar" sobre la sexualidad. Ahora bien, qué diferencia hay entre los preceptos y las pautas. Muy sencillo. Los preceptos deben venir de un más allá, de alquien trascendente que los pueda juzgar: en definitiva, de un único Dios. Las pautas, en principio, sólo responden a criterios de gusto, a estilos, y a creencias colectivas. Recordá lo que creían los griegos sobre el destino, sobre la Naturaleza vengativa, en un sentido panteísta de la misma. De ahí nace también, la necesidad de búsqueda de consensos constantes que caracterizarían a la cosmovisión democrática ateniense.
Finalmente, lo de la autopenetración está relacionado con el mundo onírico que describe Artemidoro, y señala un componente inadecuado porque está ajeno a las relaciones de dominación. Es como un deseo de dominio de sí mismo. ¿Sí? Algo debe andar mal ahi...
¿Se entiende?
No se trata de que la tenían más larga, como me preguntó el otro día un amigo que leyó el post.

Bueno, ya se me hizo muy largo éste (sin risas, por favor)

Un abrazo. GORRIÓN pys