

Lo que históricamente se conoce como Edad Moderna comienza en el siglo XV, con el Renacimiento (del cual hemos hablado algo ya en el blog), los descubrimientos geográficos (visto desde la perspectiva europea), la expansión de la rutas comerciales, los descubrimientos científicos, que posibilitarán la institucionalización del saber hacia el siglo XVII. Sin embargo, el concepto de modernidad para los filósofos antes citados, tiene un sentido más amplio, o si se quiere más extenso en el tiempo; pues también habría que ubicar en él, a los tiempos contemporáneos, posteriores a la Revoluciones francesa y norteamericana, que le habrían dado, a la modernidad, un sesgo aún más agudo del que adquirieran en un principio. Es así, como acontecimientos como la Reforma Religiosa, la Revolución Industrial, la Revolución francesa, el surgimiento de la burguesía, la constitución de la familia nuclear, la intelectualidad secular, y los procesos políticos independentistas del siglo XIX, las Guerras Mundiales, etc. conformarían una misma amalgama (una misma raíz) de fenómenos culturales, que tendrían como matriz original la cosmovisión moderna.
Para muchos, la mentalidad moderna, no es otra cosa que la continuidad o la reelaboración, de unos cuantos principios, claros, y lineales que podrían agruparse en estas ideas:
1º) Determinismo.
2º) Progreso.
3º) Verdad.
4º) Ahorro.
5º) Unidad.
6º) Mañana mejor.
7º) Fe en la ilustración y el conocimiento.
Por el contrario, desde hace un tiempo, digamos unos treinta años hacia aquí, el nuevo discurso, el de la posmodernidad estaría dando cuenta de un cambio en el paradigma cultural; no obstante, la modernidad, parece que es muy difícil de vencer, dado que tiene muchos más amigos de los que muchos quisieran, y casi siempre se vuelve hacia ella. Así como dijimos que, durante la Edad Media, en muchas regiones se intentaba rescatar al Imperio Romano y a sus valores, en la actualidad, los pensadores de estos tiempos, tienden a ir una y otra vez sobre la modernidad, para salvaguardar el legado de la misma. Han sido muy fuertes las improntas dejadas por Descartes, Leibnitz, Spinoza, Hume, Locke, Kant, Galileo Galilei, Copernico, Kepler, Newton, Hegel, etc.
Bien, me preguntarán: ¿Cuáles serán GORRIÓN, los términos que dominen en la época denominada posmodernidad? Si bien, no hay un consenso absoluto, Esther Díaz propone los siguientes seis, el séptima lo añado yo:
1º) Deconstrucción.
2º) Alternativas.
3º) Perspectivas.
4º) Descentralización.
5º) Disolución
6º) Indeterminación.
7º) Falta de fe en la ilustración y el progreso.

En la actualidad (en la posmodernidad, comencemos a usar la palabrita) hay una pérdida de fe en
Quizás sepan, que después del período clásico griego, y durante el período de crisis del Imperio Romano, antes de dividirse en Oriental y Occidental, surgieron filosofías denominadas de “salvación” (conocido como período eudemológico), donde proliferaron las cosmovisiones filosóficas que pretendían volver imperturbable al hombre de lo que ocurriera a su alrededor. Nacieron así, el estoicismo, el epicureísmo, los cirenaicos y los cínicos. Estas filosofías de salvación, proponían diferentes "medicinas" para paliar los males de sus sociedades. Bueno, a mí entender, algo así ocurre en los tiempos actuales (posmodernos). Pocos leen los diarios, pocos se preocupan por el futuro, muchos son los que hablan de fatalidades inminentes, etc; sin embargo, como decía Rimbaud, el mundo marcha, y las personas se acomodan a la nuevas realidades.
Para muchos autores, la Modernidad se habría agotado al promediar el siglo XX, y lo que subsiste de la misma, no sería otra cosa que un desesperado intento por impedir que se extingan esos ideales.

Sensualidad posmoderna
En su libro, Posmodernidad, Esther Díaz, divide el contenido conceptual en varios capítulos: Posestética, Posciencia, Posética, Posfilosofía y Postsexualidad. Con respecto a lo que esta autora llama posestética, la autora dice que “el arte posmoderno deconstruye la estética de la expresión. Pero se pretende no totalizante, aunque expresivo”. Es la estética del bricolage, de la realidad virtual, de la combinación de múltiples discursos en un objeto de arte. Las películas Brazil de Terry Gillian, o Por siempre Batman, son dos buenos ejemplos del arte cinematográfico posmoderno. La posmodernidad tiende a remezclar lo anteriormente concebido. En la posmodernidad ya no hay tiempos para la elaboración prolongada, todo debe ser instantáneo, incluso el mismo placer, que no debe dilatarse, sino por el contrario debe contrarse, extinguirse, apagarse y renovarse en el breve lapso. Las imágenes desplazan poco a poco a la lógica discursiva (las imágenes hablan más que las palabras), y los sujetos se pierden… se pierden entre los puntos suspensivos y la irrupción de nuevos sonidos, que aparecen desde lejos, clamando por nuestra atención. La posmodernidad es muy fuerte en subrayar los contrastes, y la sobrecarga barroca.