
Hola a todos los reflexivos y valientes lectores que, se atreven a asomarse al conocimiento, a través de esta humilde propuesta; les habla nuevamente el GORRIÓN pys, desde Buenos Aires. Hoy quiero, retomar el tema de la búsqueda de los valores occidentales, que iniciamos hace unas semanas. ¿Sí? Bien, recordarán que, en aquella oportunidad habíamos trabajado un libro del historiador Nemo, y dejamos en claro que, él veía cinco pilares por los que podríamos reconocer a occidente. Cinco pilares que le darían algo así como su fisonomía. Recordarán también las polémicas que se armaron en relación a lo que este autor sostenía. Investigando un poco más sobre el tema, descubrí que, el politólogo norteamericano Huntington, que se hizo archifamoso por su libro “El choque de las civilizaciones”, en dicha obra menciona algo más que me parece bueno mencionar en el blog para que pensemos un poco. Yo igual, en el post anterior, había ensayado algunas líneas sobre esto que él afirma, pero me parece que, según pude observar de los comentarios, pasó un poco inadvertido, y creo que es un asunto nodal en este tema. En primer lugar Huntington señala los siguientes puntos, que después discutiremos, en todo caso, aunque ya lo hemos hecho, en parte, con alguno de ellos:
1º) Individualismo
2º) Igualdad
3º) Libre Mercado
4º) Derechos humanos
5º) Democracia

El punto que, a mí me interesa en este caso, es uno de los que él menciona como sexto quizás, y que, de ninguna manera es menos importante, para mí: Separación de la Iglesia y el Estado, en definitiva, aquéllo de la secularización, de la que ya habíamos hablado. ¿Por qué será importante esto de la secularización, Gorrión? – Me preguntarán algunos. Muy sencillo.
Occidente, reformulando palabras de Max Weber, en su libro: La ética protestante y el espíritu del capitalismo, fue la única capaz de desarrollar una ciencia; muchas culturas de la antigüedad, y posteriores en el tiempo, han tenido la posibilidad de desarrollar un pensamiento volcado hacia alguna forma en particular de tratamiento de sus problemas concretos; pero sólo Occidente ha podido sistematizar el pensamiento de tal manera, de hacer de él, un instrumento para el dominio real de la naturaleza. Max Weber, nos dice: “Aunque también en otras partes (India, China, Babilonia, Egipto) ha habido conocimientos empíricos, meditación sobre los problemas del mundo y de la vida (…) Pero a la astronomía de los babilonios, como a cualquier otra, le faltó la fundamentación matemática, que los helenos fueron los primeros en darle (…) A la geometría le faltó la demostración racional, que también fue producto del espíritu helénico, el primero en crear la mecánica y la física” Ésto, sólo pudo hacerse por la secularización que ha caracterizado, en especial, a los últimos siglos de su historia; pero que tiene su génesis en la Hélade, en las costas de Asia Menor y en la región del Ática en particular. Pensemos que durante los mil años que duró Edad Media, Occidente no pudo emprender el camino que los griegos habían trazado. Ellos, escribieron la primera gramática de la que se tiene registro: Teagénes de Rhegium, Antímaco de Colofón, Platón y Aristóteles fueron los primeros en reflexionar sobre el lenguaje. Concibieron a la naturaleza como algo funcional al hombre, y no como algo del que los mismos debieran avergonzarse u ocultar. Desarrollaron el espíritu de independencia en los hombres que, aún a la fecha, asombra a los orientales; lo que les permitió romper con las creencias de sus ancestros, para atreverse a innovar; sin embargo, hoy asistimos a una especie de repudio a las innovaciones, al desafió, por un nostálgico regreso a "nuestro hogar" (vaya uno a saber qué significará eso, y dónde quedará). Desarrollaron las más altas matemáticas que se conocían hasta el momento (con Pitágoras a la cabeza). Dieron origen al pensamiento filosófico, fundaron las primeras bibliotecas, las Academias o centros de estudio, etc. Todo eso, al margen de la religión, o precisamente, por no tener una oficial e institucionalizada, como las que actualmente conocemos; porque justamente, lo característico de esta civilización fue su capacidad de entender que en el mundo dominaba cierta lógica que podía aprehenderse, que se podía decodificar, y no había que buscar, para eso ninguna explicación de tipo mágico-religiosa. Dieron el paso gigantesco de interpretar al mundo, yendo desde el mito al logos. Los griegos que vivieron entre los siglos VI a.C. a V d. C., fueron, quizás, los primeros ateos que conoció el mundo (¿a cuántos les sigue sonando mal ese término?). No obstante: ¡Cuán cercanos nos parecen los griegos, cada vez que volvemos sobre ellos!
¿Pero qué pasó entretanto en occidente? ¿Dónde quedaron sus valores durante esos más de mil años que van desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento? ¿Qué se hicieron de las conquistas culturales que los griegos habían alcanzado? ¿Por qué los eruditos renacentistas se volcaron hacia el mundo clásico perdido, que durante siglos permaneció a la sombra?
Con la llegada del cristianismo a Europa, y con su conquista política pactada con el emperador Constantino en el 313, Occidente comenzó a "orientalizarse"; la Iglesia Católica fue proclamada como la Iglesia Oficial del Imperio. Los germanos, que posteriormente se apoderarán del Imperio occidental, también comenzaron a cristianizarse, adoptando primero el arrianismo y luego el catolicismo, que se apoderó de todo lo que antaño había sido el Imperio Romano.

Hacia el año 529, el emperador de Oriente, Justiniano, prohibió la paga a los profesores de la Escuela de Atenas, lo que obligó a éstos a exiliarse; muchos de ellos fueron convocados por reyes y gobernantes de Oriente: Persia, Arabia, Alejandría, e incluso de la misma Bizancio, etc. Allí se ocultó por mucho tiempo el saber griego, hasta que las invasiones árabes en España, primero, y la toma de Constantinopla por los turcos otomanos en 1453, después, hicieron resurgir algo de aquella extraordinaria civilización. No pasó mucho tiempo para que, los europeos renacentistas, vieran y sintieran en los griegos, a sus verdaderos padres tan entrañables. Grecia y Roma serán los modelos estéticos a los que los artistas renacentistas les harán versos, pinturas, esculturas, música, etc.
Pero volvamos a lo que decía Huntington, ¿qué significa para el desarrollo de las ciencias y el pensamiento racional, el poseer una tradición secularizante? Para el sociólogo Rubén Zorrilla, el cristianismo, al tomar las estructuras de poder que le legara el Imperio romano de occidente, le permitió mantener su organización jerárquica racional: "El Dios cristiano, que se halla conectado con la tradición griega, y por ende con su enfoque intelectual, conserva firmemente su núcleo de racionalidad". ¿Qué quiere decir ésto? Quiere decir que el cristanismo desde un primer momento, hizo hincapié en las relaciones entre fe y razón, como dos cosas necesariamente importantes, que le sirvió para legitimarse en la estructura social de Occidente, y hacer de su poder algo sólido que pueda permanecer en el tiempo. Piensen en las figuras de San Agustín, y Santo Tomás. ¿Y el Estado? -me preguntarán. El Estado, como algo unificado y centralizado, estuvo retirado de Occidente durante varios siglos, por la propia inestabilidad política sembrada por los reinos romano- germánicos. Los intentos de centralización más importantes fueron los de los Visigodos en España y el de Carlomagno en Francia y Alemania. El poder cristiano permanecerá en Roma, por lo que estará relativamente lejos, geográficamente hablando, de los intentos de centralización política que pudiera pretender aquél. Por otro lado, hasta el siglo XII en Europa no existirá, salvo esporádica y brevemente, un fuerte poder político central; ni la Iglesia será siquiera un poder tan centralizado y represor como posteriormente ocurriera (los obispos locales gozarán hasta el Concilio de Letrán, de ciertas autonomías); además, no olvidemos que, el poder feudal, será muy fuerte hasta fines de la modernidad. Todas estas tensiones provocadas por el tironeo de los distintos poderes, impidió la formación de una teocracia de tipo Oriental. Y la necesidad de encontrar respuestas ante los problemas reales y concretos (económicos) que padeció Europa, ayudó al lento surgimiento de la secularidad, al despegue comercial de los siglos XI y XII, a la lenta institucionalización de las ciencias en las Universidades, y a la posterior Revolución Industrial.
Notas: bibliografía utilizada: